Aspiro el olor a enmohecidas ilusiones
Que se quedaron amarradas a mi vida
Bocas heridas
-Manos vacías-
Prisiones convertidas en poesías.
No sé cuando mis ojos se secaron
(Y anudaron lágrimas)
Un pesado silencio escarbó a mi cuerpo
Excluyendo al placer de sus rincones.
Y no existo
O tal vez me quedé envejecida
En algún paraje marchitado del camino
Silenciaron los besos sepultando
-A un amor -
en anonimo epitafio del olvido.
Alma Cervantes