Hubo un día
Un día en donde el cielo habló con lágrimas
Volcando su sedienta pena
En tan solo una poesía...
-pero bastó-
Para deshilar las estrellas
(Poco a poco)
Y abrazar el recuerdo que afianzado a la vida
Había permanecido fiel a todo nuestro tiempo.
Y las nocturnas horas que danzaban celosas
Cubrieron el rostro
(De una noche desierta)
Y el amor hacía su obra
En corazones cautivos de besos
-y hubo un día...-
Un día retenido en la vorágine de una poesía...
Y resucitaron las huellas-
En el cuerpo del cielo
Y las estrellas con sus alas
Humedecieron con su manto
La tristeza perdida.
Y aún entre todas esas ansias retenidas
Aún en el silencio estremecido
Una lágrima vivía...
¿Y la vida?
La vida seguía su rumbo
Como eterna brújula
-en el alma-
Sin detener sus cansados pies
En aquel recóndito paraje del olvido.
Alma Cervantes