Después de dormir
sobre los cerros
se asoma el sol
risa que risa.
-¡Ay señor sol!-
Como quisiera
que su alegría
me concediera.
Yo le daría
en intercambio
una cajita
de mil sorpresas.
En donde guardo
mis agujetas,
mis chocolates
y mis tristezas.
-¡Ay señor sol!-
Como quisiera
que su sonrisa
me concediera.
Alma Cervantes
1 comentario:
Qué poema más símpático.Una pincelada de luz y de alegría.
Saludos
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