¿Me dices que los atardeceres invaden tu mente? Yo he vagado por esos rincones del ocaso y he imaginado entre ellos tu mirada, he bebido de tu sol en mis locuras escribiendo y trazando tantos versos.
He encontrado a mis silencios extraviados entristecidos llamando a mi puerta tal vez ellos marcaron el camino y a ese olvido que se quedó siempre contigo.
Si te escribiera un poema él te hablaría de cuantos besos han delineado mis esperas encerrados y martirizando cada día a este cuerpo envejecido en agonías.
Pero no te culpes, amor de mi locura yo te bendigo y te propongo hacer un trato es mi propuesta que no sufras por mi ausencia y es mi deseo que en un verso, se convierta.
Porque duele un olvido y una distancia porque en esa distancia, yo me inclino a tu imagen de hombre y te idolatro -mi propuesta amor, es siempre amarte-
El semblante de la noche acaricia mi rostro Aquel que se niega a soportar tu despedida Siento hastío Soledad Cansancio de este ir y venir por los andamios de la ausencia
¿Sabes tú, cuando fallece la alegría? Hace tiempo el engaño se tragó con ansiedad cada palabra Arrinconó en el desván las sensaciones del amor Y el silencio edificó el santuario del olvido.
Sujetaré mis pies ¡Sí! Para que no besen la tierra al marcharte Porque cada trozo de tierra que ellos toquen Serán rosas a cambio de mis heridas.
Y no es que la maldad llegó a pudrir el alma Ni ha cubierto en sepultura tus amores Es la demente inspiración de tu partida Que ha pintado de oscuridad mi poesía.